Meditación

Entrenaba su espíritu sentándose debajo de la cascada, sólo con el pantalón, la espalda y el pecho al aire. Sus cabellos estaban sueltos y cubrían casi todo su rostro. En el cielo, un águila daba vueltas como si mirara el lugar, pero no lo distraía de sus pensamientos. Le molestaba un poco la marca en la nuca, que recibía la presión intensa del agua descendiente.

Había decidido utilizar su magia para convertirse momentáneamente en un gato negro. Comenzaba a recorrer los lugares alrededor del caastillo. Sentía hojas y ramas secas crujir bajo sus almohadillas y sus garras felinas. Se detuvo de camino, cerca de la cascada, aunque alejada del agua. Con sus ahora felinos ojos, observaba fijamente a Asgorath. Maulló bajó, siendo inaudible para él, ocultando bajo magia cualquier tipo de signo que pudiera ser reconocido como parte de ella.

Tenía los ojos cerrados y estaba plenamente concentrado. Su oído no percibía más que el pájaro en el cielo. Aumentó la presión de su entrenamiento poniéndose de pie.

Estiró su cuerpo, para luego acercarse a la orilla de la cascada. Saltó hacia una piedra en medio del agua, un tanto alejada del agua que caía, observando de frente a Asgorath. Su cola se movía de un lado a otro, mantniendose atenta. El sonido de un águila en el cielo la distraía mínimamente, por lo que levantó la vista, observando la silueta. Se relamió el hocico, para luego volver la vista al chico, comenzando a acicalarse.

Una presencia estaba en el lugar, puso sus manos sobre sus piernas al mismo tiempo que abrió los ojos. Estaba frente a él, un gato que parecía observarlo. El felino estaba tomando su propio baño, pensó que sería buena idea quizás que él también lo hiciera.

- Pequeño amigo...¿qué te trae por aquí? - si bien no era su animal preferido, seguía siendo un elfo y estaba acostumbrado a ser amigable con la naturaleza

Dejó de asicalarse, mirandolo fijamente con sus negruzcos ojos felinos. Maulló, volviendo a mover su cola. Podía notar en los ojos de Asgorath que los gatos no eran animales de su agrado. Contrarestaba completamente con ella. Estiró levemente las patas delanteras sobre la gran roca, arañandola levemente en el proceso. Luego se acostó sobre ésta bajo el sol, haciendo que su pelaje negro brillara.

Admitía que los gatos eran animales inteligentes y bellos en verdad. El pelaje de éste en particular le provocaba algo peculiar. Tenía ojos con una mirada que ya había visto en algún otro lugar...pero no lo distinguía bien. Se levantó de donde estaba sentado, no se puso la camisa, se acercó al felino a acariciarlo.

Mantenía la vista fija en él. Tomaba como oportunidad su transformación en gato para tomar a la vista los pequeños detalles que detestaba no poder percibir siendo normal. Como la pigmentación exacta de su piel. O el tipo de destello que dan sus ojos ante la luz. La forma minúscula en que sus músculos tiemblan bajo el agua. Maulló fuerte, sin quitarle la vista, ´comenzando a ronronear ante las caricias.

Le frotaba su mano primero por la cabeza, luego rascaba un poco su mentón.

- AAhhh... - suspiró - Tu y yo nos parecemos..

Ahora acariciaba el cuerpo del animal desde la cabeza hacia la cola.

Ronroneaba con fuerza, moviendo su cabeza respectivamente según las caricias. Su cabello se erizaba levemente a causa de lo fría de su mano y lo mojada de ésta, pero era algo sin importancia. Movía levemente la cola, para terminar maullando como en pregunta de un por qué mudo.

Sin explicación alguna, sentía que charlaba con el gato mientras lo acariciaba. Lo tomó en sus brazos y lo sentó entre sus piernas mientras seguía con las caricias.



- Sabes, yo también vago solo...y se ve como si hubieras abandonado a los de tu raza, quizás no fue así...pero yo lo hice, aunque tampoco me arrepiento - sin darse cuenta se repondía a él mismo - En fin...pero...¿y tu pareja? - preguntó como si le fuera a contestar

Interiormente, se reía de la situación. Asgorath, charlando con un gato. Era digno de verse, más de su punto de vista. Se estiró sobre su regazo, maullando, comenzando a restregar su cabeza contra el abdómen de él. Quería ver qué tipo de mensaje captaba Asgorath en sus respuestas silenciosas.

- Oh..claro que yo estoy contigo - dijo como en respuesta al gesto gatuno, soltó una risa para sus adentros - No sabes de lo que te pierdes, debo presentarte a una mujer...es la más maravillosa del universo...simplemente te sientes completo al estar con ella ¿entiendes a lo que me refiero? - denuevo parecía un maniático hablando con el gato.

Maulló, girando sobre el regazo de Asgorath, para quedar mirando directamente a su rostro. Volvió a maullar. Le resultaba increíble ver de las cosas que Asgorath podía hablar o preocuparse sin estar presente ella. O sin que la reconociera como ella. Maulló nuevamenta, poniendose de pie sobre sus patas y restregando su lomo y su cola contra el cuerpo de él.

Sonrió para si mismo. Parecía como si el gato lo comprendiera. Tenía algo muy peculiar...lo que le extrañaba era la forma en que se apegaba a él. Lo siguió acariciando mientras se mostraba pensativo...

Movió la cola levemente, saltando del regazo de él a otra de las piedas flotantes en el agua. Se sentó, mirando fijamente hacia donde Asgorath se encontraba. Con sus ojos felinos podía percibir los distintos tonos de luminosidad y de sombra. Las pequeñas marcas de agua. Los movimientos inconcientes que realizaba. Se veía aún más hermoso de lo que podía verlo con sus simples ojos de hechizera. Maulló, rascándose la oreja derecha con su pata delantera, sin quitarle la vista de Asgorath.

Lo miraba a los ojos, era extrañamente peculiar esta sensación. Puso postura pensativa, apoyando la palma de su mano con su mentón. Tenía una idea pero...no podía ser. Aunque...quizás si. Le daba vueltas la idea por dentro, pero por fuera se mostraba estupefacto.

Dejó de rascar su oreja para ver la posición en que Asgorath se había colocado. El mentón sobre la palma de su mano. La mirada fija en ella. Y se veía algo anonadado. Maulló, sabiendo que estaba intentando descrifrar si era un gato verdadero o no. Poniendose de pie de nuevo, comenzó a saltar de una piedra a otra, alejandose a la orilla. Intentaba evitar mojarse en su transformación, pues resultaba realmente incómodo. Ya en la orilla, con el césped, la tierra, hojas secas, flores y algunas ramas secas tambien, se sintió más segura que saltando sobre rocas en el agua. Maulló, mirando hacia Asgorath.

El maullido repentino lo distrajo de su pensamiento abstracto. Ahora lo miró con curiosidad...tenía que sacarse la duda. Se levantó rápido y sigiloso. Fue hacia donde estaba el gato y lo tomó en sus brazos. Lo puso de frente a su rostro y lo miró fíjamente.

Al ver que la tomaba en brazos para confirmar su teoría, decidió comportarse enteramente como un gato lo hacía. Comenzó a retorcerse como si de un felino verdadero se tratara, para que la soltara. Maulló fuerte, al mismo tiempo que gimoteaba. Quizás lograría despistarlo un poco. Con sus patas traseras, se empujaba en dirección contraria, apoyandolas en el abdómen de él para ejercer fuerza hacia la otra dirección.

El forcejeo del gato lo intrigaba aún más. Era demasiado acertado que cuando sintiera más interés quisiera escaparse. Lo tomó rápido y mencionó unas palabras.

- Shindu fallah na! - aunque el hechizo de dispersión mágica era algo propio de los orcos, la frase la inventaba él para recordar sus viejos tiempos en la aldea élfica. No hacía falta algún tipo de pronunciación en realidad.

Al escuchar que pronunciaba el hechizo para dispersión mágica, mentalmente comenzó a repetir insaciablemente el hechizo contrarestante. Si se transformaba en hechizera, no podría ver a Asgorath como ella quería. Tan... natural, tan distinto a como era con ella. Aún repitiendo el hechizo mentalmente para no abandonar su transformación, clavó sin fuerza las garras de sus patas delanteras en los brazos de Asgorath para que la soltara.

La soltó al sentir sus garras. Pero la volvió a tomar rápidamente. Dejó de recitar el hechizo, quizás estaba volviendo loco al gato o lo lastimaba...no sabía el efecto de éste en los animales. Pero se sentó junto con él a mirarlo detenidamente...

Se sintió aliviada al ver que desistía del hechizo. No sabía cuanto tiempo podría resistir luchando con su transformación debilitada. En poco tiempo, se sintió de nuevo en sus brazos, pero pudo notar que solo quería observarlo. Maulló, intentando safarse un poco de sus brazos. Si intentaba nuevamente utilizar la dispersión mágica, no podría mantener su transformación mucho más.

- Por un momento...me recordaste a Naisha... - le dijo al gato.

Siguió inspeccionándolo un poco...aunque acabó por darse por vencido...


- Jaja... - soltó una risa - es que desearía tanto que estuviera aquí...que sólo me imagino que de repente la encuentro -