Tomando una merienda

- Bien.. Creo que ya llegamos -Diría asomándose al comedor con curiosidad.

[Perdone la tardanza xD Tuve que ir a hacer unas cosas]

- Así parece... - comentó, entrando al comedor. Vio a lo lejos una mesa para dos personas y avanzó hacia ella, caminando tranquilamente, hasta finalmente sentarse en una silla, y mirarlo, esperando que dijera o hiciera algo.

Caminaría seriamente detrás de ella, paseando la mirada por las baldozas del suelo, para luego sentarse frente a ella y finalmente alzar la mirada.

- ¿Qué vas a querer?

Lo miró sentarse frente a ella, y esuchcó su pregunta. Meditó un segundo y respondió:

- Un jugo... de maracuyá. - dijo, recordando su bebida preferida.

- Está bien, iré a buscarlo - diría sonriente para acercarse a la sección de la cocina a buscar dicha bebida. - A ver...

Comenzó a crear un ritmo con sus uñas contra la mesa, mientras esperaba, y a tararear una melodía. Cruzó su pierna derecha sobre la izquierda, aún esperándolo.

Luego de husmear por la heladera y extraer la botellita regresa trotando hasta donde está la muchacha. Sumisa y lentamente se sentaría delante de ella, tendiendole un vaso y la botella.

- Aquí tienes.

Le sonrió, y ella misma se sirvió el jugo en un vaso y tomó un trago. El jugo estaba rico. Se relamió el labio superior.

- ¿Tú no vas a tomar nada...? - preguntó.

Movió las manos, en señal de que no necesitaba nada.

- No, gracias. No tengo hambre - Le guiñó un ojo a modo de confianza. - ¿Es rico? - preguntó haciendo alusión al jugo.

Asintió con una leve sonrisa.

- Bastante, a decir verdad... - comentó, dando otro sorbo a su vaso. - Y... ¿qué raza dijiste que eras? - preguntó. Tenía mala memoria.

- Creo que no te lo dije.. -sonrió ampliamente- soy un ángel.. -le guiñó un ojo nuevamente, observándole beber.

Vio que él le guiñó el ojo y sonrió. Al menos no había experimentado ese extraño cambio de humor, al parecer bipolar de antes.

- Oh, interesante... - dijo, tomando otro sorbo. - Y... ¿qué puedes hacer...? Es decir, ¿cuáles son tus... poderes, o eso?

- Pues.. sobre todo el control de fuego... telekinesis.. pavadas - pasearía sus orbes por su cabello.- Y tú... ¿qué sabes hacer?

Río un poco cuando él mencionó "pavadas". Esa palabra le causaba gracia.

- Pues puedo leer las mentes... tranformarme en murciélago y eso. Hacer explotar cosas también. - sonrió. - Amo hacer eso. - hizo una pausa y lo obsevó detenidamente. - ¿Sabes? Me recuerdas a alguien que conocí aquí... tiene unos rasgos de neko muy parecidos a los tuyos...

Le miró con algo de confusión, aunque se vió contagiado de su sonrisa al verle tan alegre.

- Ah, ¿sí? Y ¿cómo se llama? ¿Le conosco?

Se sonrojó al darse cuenta lo extrañamente feliz que había sonado, a pesar de ser una "vampiresa" y, por ende, debería ser fría, cruel, sádica, sin merced, etc.

- Pues, no creo que lo conozcas, la verdad... - murmuró, bajando la vista y sonriendo levemente.

Le guiñó amistosamente un ojo.

- Vamos, no muerdo. Dime su nombre y te diré si le conosco. No me obligues a husmear - dejó que sus ojos se coloreasen de un rojo vivo por momentos.

Sintió un leve estremecimiento al ver el color rojo de sus ojos. Arrugó la nariz.

- Pues... es fácil de reconocer. Es un neko alto, de ojos anaranjados, rubio... Es único. - comentó, sonriendo. - Si no conoces a nadie así... pues no lo conoces. - dijo. Sus ojos se volvieron de un color carmín. - Y créeme, tus ojos rojos no me asustan. - le dijo, sin perder la sonrisa.

Parpadeó levemente confundido.

- ¿Tengo los ojos rojos ahorita? - Alzó de manera preocupada las cejas. -

Recuperó el color castaño en sus ojos, algo confundida. Frunció el ceño.

- ¿No te habías dado cuenta...? - preguntó, dudosa.

- Pues... si no me lo decías solo no me daba cuenta - cierra los ojos durante unos momentos, volviendo a abrirlos al tiempo. - ¿Ya?

- Sí... - murmuró, asintiendo con la cabeza. - ¿Estás bien...? ¿Quieres un vaso de agua, o algo?

- Nopes, pero grazie mille - se pasó una mano por la frente. - Todo está bien.. Suele suceder, aunque no es normal que le pase.

- Oh, bueno... - comentó ella, terminando su vaso de jugo. - ¿Y por qué crees que haya pasado ahora si no es normal que pase?

- Pues... todavía no lo controlo mucho... pero creo que pasa cuando me emociono o me acelero - apoya un dedo en su frente. - ¿A tí nunca te pasó lo mismo?

Se quedó mirandole de manera penetrante, algo concentrado.

- ¿Terminaste? ¿Estuvo rico? ¿Quieres ir a algún lado?