Paseo en la noche

Apoyó su cuerpo por completo en el arbol, ahora la penetración se volvía mucho más profunda y fuerte. La velocidad aumentaba. Soltaba gemidos y jadeos, intentaba lograr que ella también gimiera. Pasa de lamer un pecho al otro, la mordía allí, también en el cuello. Se acercó a su oído y dejó escapar un gemido fuerte...

PArecía una tortura. Ella intentando no gemir, y las penetraciones volviendose cada vez más rápidas y profundas. Entreabrió los ojos, mirando a Asgorath. Quería hacerla gemir, sin importar como... y ella no se lo dejaría tan fácil. Las lamidas y mordidas en su pecho, al igual que en su cuello, la desquiciaban. Al sentir el gemido fuerte en su oído, tiró levemente de su cabello.

Comenzó a gemirle y gruñirle en el oído. Cada vez le gemía más y más fuerte. La penetró mucho más rápido, siguiendo con la presión que ejercía apretándola contra el árbol.

- Soy todo tuyo...Naisha... - le dijo suavemente al oído para luego soltar otro gemido

Mordió su labio con fuerza, intentando no soltar ni el mínimo ruido. Sabía que si se permitía jadear minimamente, gemiría al mismo tiempo. Pese a que las penetraciones fueran rápidas y profundas, comenzó a moverse a un ritmo contrarestante al de Asgorath, haciendo que fueras mucho más profundas pero un poco más lentas. Arañó su espalda por sobre la ropa.

Ahora que la penetración se hacía lenta...retiró suavemente su miembro...para volver a penetrarla brúscamente, lo más profundo que podía.

Al sentir que se retiraba, gruñó en decepción. Pero al sentir la nueva penetración, brusca y salvaje, no pudo contenerse. Abrió los labios y grimió con fuerza, terminando en un grito de placer.

Siguió con este ritmo en la penetración, intentando imprimir la mayor presión que podía, y haciendo un movimiento por dentro con su miembro para que éste tocara contra el punto de ella. Mientras, le gemía y jadeaba en el oído.

Ese ritmo en las penetraciones la desquiciaba. Intentaba no gemir, solo jadeando o suspirando. Reprimía los gemidos lo más posible, haciendo que en las pocas veces que soltaba uno fuera casi inaudible. Arañaba su espalda y tiraba levemente de su cabello. Arqueó la espalda, acercándose a Asgorath, empezando a lamer su cuello y sus hombros.

Al sentir sus lamidas comenzó a gemir más de lo que ya lo hacía. La penetración se hacía más profunda e intensa. En el grito de placer comenzó a penetrarla más rápido.

Al sentir las penetraciones más profundas e intensas, comenzó a gemir. No podía contenerse... Gemía en el oído de Asgorath, lamiendo su cuello y mordiendole el lóbulo. Se apegó bien a él, abrazandolo con fuerza con las piernas y los brazos.

Su cuerpo transpiraba de lo pegado que estaba a ella, del ardor que sentía. Parecía como si un círculo de fuego los rodeara. Al oír sus gemidos, un escalofrío placentero le recorrió todo el cuerpo. La penetraba a lo más que podía, sintiendo que estaba por acabar en cualquier momento.

Arqueaba la espalda ante cada nueva penetración. Gemía con fuerza, gritaba de placer. Sentía el calor arrasar con su cuerpo, como si su sangre hirviera. Tiraba levemente del cabello de Asgorath, gritando una y otra vez su nombre. Gimiendo que lo amaba. Lo abrazó lo más fuerte que pudo con sus piernas, siendo conciente de que en cualquier segundo acabaría.

- Te amo Naisha...te amo... - dijo entre gemidos y jadeos que agotaban sus pulmones

De repente volvió a sentir cómo su miembro se endurecía mucho más que antes, por unos breves segundos la penetró mucho más rápido que antes. Un cosquilleo le recorría desde la punta de su miembro hasta su cuerpo.

Al sentir que la penetraba más rápido, comenzó a moverse haciendo que fuera de igual manera profundo. Gemía con fuerza, sabiendo que acabaría por llegar al climax pronto. Sentía el cosquilleo por todo su cuerpo.

Hizo un último esfuerzo por aguantar y darle a Naisha mucho más placer, imprimiendo toda la presión y velocidad que podía. Se ayudó sosteniendo las piernas de Naisha con sus manos, de esta manera aumentaba la fuerza con que la penetraba.

Gemía con fuerza. Se abrazó a su cuello y acercó su rostro al de él, gimiendo sobre sus labios. Arqueó la espalda, escondiendo el rostro en la curvatura de su cuello, gimiendo repetidas veces. Terminó por dar un fuerte grito de placer, llegando al éxtasis nuevamente.

Al mismo tiempo que ella gritó dando a entender su orgasmo, dejó de aguantar y pudo sentir como volvía a acabar dentro de ella. Retirando su miembro suavemente a medida el orgasmo se completaba, estaba lleno del líquido masculino. Se abrazó a Naisha dejando escapar unos últimos suspiros y jadeos.

Jadeó al sentir que Asgorath quitaba su miembro. Podía sentirse llena de su líquido, pero no le preocupaba. Suspiró, abrazandose de igual manera a él. Cerró levemente los ojos. Su pecho subía y bajaba acelerado, intentando recobrar el ritmo de la respiración.

Le daba pequeños besos intentando tranquilizarla. El líquido se le desparramaba. Al abrazarla, su miembro aún un poco erecto, dejó escapar un poco de este fluído que fue a manchar su abdomen. Soltó un último gemido con esto.

Podía sentir el líquido escurrir por sus piernas y su abdómen... pero no le dio demasiada importancia. Sonrió levemente, abrazandose a Asgorath y le besó en los labios, acallando su último gemido. Ronroneó levemente, para luego mirarse a sí misma.

- Creo... que necesito una ducha...

Estaban totalmente transpirados. Le dio otro beso para sonreírle.

- Si...ambos la necesitamos creo... - dijo ríendo

- Creo que...

Se bajó de Asgorat, volviendo a colocarse correctamente su ropa. Se miró las piernas, levemente chorreadas por el líquido masculino. Pasó su mano, limpiando un poco, para luego lamerla mirando a los ojos a Asgorath.

- ...iré a mi cuarto a bañarme

Al verla a hacer eso, sintió algo extraño por dentro. Era como que lo provocaba pero ya su cuerpo no aguantaba el excitarse otra vez. Se mostraba estupefacto ante este acto. La abrazó luego de recobrarse y vestirse.

- ¿Te acompaño? - le ofreció soltando una leve risa

Arqueó una ceja, mirándole. Rió levemente al ver la sorpresa en su rostro, para luego reir más fuerte al ver la velocidad en que se vestía y la abrazaba. Se separó un poco luego de su tentadora oferta.

- Hay un gran... enorme cartel... que el dueño del castillo puso, diciendo que los hombres no podrían entrar a la sección de cuartos de las mujeres... No puedes romper tu propia regla

Puso una tonta mirada perdiendo su vista, recordando que él mismo había inventado esa regla. Por dentro de su mente, una figura con su misma imagen lo insultaba y le golpeaba la cabeza por ello.

- Soy un idiota... - dijo en voz baja, mordiéndose los dientes